martes, 17 de mayo de 2016

Entre cuerdas, entre familia.


La primera vez que te vi.

Estabas en las manos de mi primo, primo que para ese entonces no nos conocíamos, pero él, año con año se presentaba tocando su jarana junto a su hermano y su primo.
Un sonido único que ellos saben crear con el rasgue de sus uñas, con su voz cantando las décimas propias de mi pueblo, memorando a “tío costilla”, “la bamba” esas décimas autóctonas, me refiero a mi Ciudad Lerdo De Tejada, Veracruz.
Lo vi, rasgando cuerdas, esa jarana hablaba cuando hacía los requintos como ningún otro jaranero de su edad, su voz era única seguido por el coro de su hermano y más al fondo de su primo.
Recuerdo que frente a ti estaban haciendo el baile típico “el zapateado” con un compás acuerdo a los acordes que tu sonabas, no primo, no te acuerdas de mi.

Años mas tarde por circunstancias que nos llevaron al mismo lugar en ese entonces a la misma primaria y después a la misma secundaria, sin mas nuestros destinos se cruzaron, solo estoy hablando de ti, músico, después de los demás que amé en ese momento.

Un poco gordito te recuerdo, distanciabas del resto de “nosotros de la familia” pero al fin familia (es que todos eramos flacos/esqueléticos ¿recuerdas?), con un sentido del humor que solo el abuelo tenía al igual que la sonrisa que proyectas.

No recuerdo en qué momento te vi con ella, era el amor de tu papá, mi tío, su guitarra que tanto amaba o ama. En ese entonces solo te había escuchado a ti tocarla y me mostrabas un par de rasgueos como ese que es: “bajas y con el dedo índice le pegas a la primera cuerda como si fuera un mosquito”.

Un rasgueo de boleros, pero que si bien lo ejecutas es un arreglo majestuoso (y todavía me cuesta hacerlo) ya sabés de cual te cuento, ese de “Luz de día” y otros más que suenan preciosos en tus manos.

Te lo cuento hoy, creo que es el mejor secreto que te ha dado mi tío.

Lo mejor que me dijiste fue en mi intento por tocar la guitarra, yo con ella fea (mi primera guitarra), pienso que estaba desafinada (ya olvidé su sonido) pero me motivaste a seguir tocando una canción hasta que los dedos se me llenaron de ampollas y me dijiste “te va a doler” pero que valdría la pena.

No es un poema,
es una carta para darte las gracias
me mostraste lo hermoso que es la música.

Para ti mi primo, Migue.

1 comentario:

  1. Primo hermano que hermosos recuerdos, me regresaste a una época muy bonita

    Fue difícil y dolió como te lo dije en ese momento pero siempre vale la pena

    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar