Ayer estuve hablando con una persona mayor qué tengo ya varios años de conocerla y ésta al verme un poco «apagado, falto de mis ocurrencias», vamos qué estaba muy serio y con la cabeza en la luna. Me decidí a contarle mis penas y desgracias cual paciente en el psicólogo; primer error, lo que no contaba es que le haría reír como nunca lo había hecho en estos años de conocerla, al final de varias horas de terapia me sonrió y me dijo: hace décadas que no escuchaba a alguien enamorado. Seguimos hablando pero ahora a hablar de sus desamores.
Y fue así como me di cuenta que si quieres hacer a una persona mayor cuéntale tus desamores.
Ya en cama después de varias horas de terapia, me hizo pensar «si, a veces lo hago» que yo no quiero ser ese tipo de persona, que se olvida con el tiempo de querer y ser querido, de amar y ser amado.
Todo lo que escribo aquí puede haberme sucedido... o tal vez no.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario